lunes, noviembre 14, 2011

Un ocho mil en el camino


Cuando MdL está terminando su pretemporada, cosa que siempre nos pilla con la temporada empezada, nos tocó escalar uno de los muchos ocho miles que nos reserva el calendario de este grupo lleno de niñatos que corren que se las pelan. Estos, además, juegan razonablemente bien al baloncesto.

Aun así, como acostumbran, los macabeos se crecieron ante las dificultades y jugaron un gran baloncesto con el que no se quedaron tirados a mitad de la ascensión a esa gigantesca montaña que proponía la jornada. El oxígeno llegó hasta donde llegó, más o menos hasta el final del tercer cuarto, y hasta ahí se vio un juego fluido, lleno de imaginación, sabiduría y poder, que son las armas habituales de este grupo de esforzados guerreros del basket.

Ángel y Roberto, los dos con su evidente clase, pusieron la cabeza y la elegancia en el partido con su acertada dirección. Ambos movieron las piezas con delicadeza para procurar siempre los mejores movimientos. Magníficos fueron los contraataques lanzados por la pareja, impensables al enfrentarnos a nos rivales en extremo veloces. Pero a esto, como dice el gran Germán Gabriel, se juega con la cabeza, no con los pies. Y de cabeza, la verdad, vamos sobrados.

No diga lucha, diga “Gaby Laimbeer”. Haciendo honor al nombre de su camiseta, Gaby se hizo un coloso bajo los aros y puso firmes a los jovenzuelos con su enorme hambre de rebotes. Los delgaduchos y altaricones pivots rivales soñarán con él durante algunas semanas. A nosotros, por suerte, ya se nos ha olvidado el mate a dos manos que nos clavaron.

Gustavo y Manuel, más el segundo, fueron un prodigio de economía de cara al aro. Entre los dos sumaron uno o dos tiros de campo porque su mayestática solidaridad y superlativa visión de juego les hicieron buscar siempre la mejor opción para que el tikitaka de MdL siguiera fluyendo.

Esa mejor opción muchas veces era Billy Charlie Elliot, siempre bien colocado bajo la canasta para enchufar su ganchito de izquierdas. Sólo ligerísimos detalles que, seguro, serán ajustados en las próximas semanas, le impidieron irse a la caseta con una gran cantidad de puntos en su saca. Su juego de pies es un placer siempre y cuando a uno no le importe demasiado el resultado que es una cosa bastante vulgar.

El presidente y su rodilla biónica volvieron a la pista de juego para deleitarnos con su saber estar y con una de las canastas de la semana. Carlos penetró en la zona sin saber dónde se metía, dio dos potentísimos pasos que lo dejaron a unos metros del aro, se dio la vuelta y resolvió la duda entre comerse la pelota y tirarse una mandarina indecente metiendo un canastón de época. Sin duda, el momento del partido. Bastaba con ver la cara de incredulidad del protagonista de la jugada.

La máquina se va engrasando y sólo queda pulir algunos detalles para que las victorias lleguen en cascada.

MdL en breve

Aparte del gran juego exhibido se comentó en los corrillos postpartido la pequeña trifulca entre miembros de MdL y uno que va por libre. Al parecer, y sólo al parecer, algunos jugadores sugirieron al que va por libre que tal vez su uso del balón sea abusivo.

Para desmentir los rumores y aportar su versión, el que va por libre compareció en rueda de prensa y dio la sorpresa de la jornada al anunciar su inminente marcha de MdL: “No me siento valorado aquí, veo que me faltan minutos y balones para poder expresarme”. La incredulidad de los medios hizo que esta noticia necesitara más explicaciones: “No hay –continuó- ni siquiera una jugada para mí más allá de la cuatro*, que ya se conocen todos los rivales y es completamente inservible”. Los periodistas, con su sagacidad habitual, se olieron que aquí había gato encerrado y no pararon hasta encontrar las verdaderas razones de estas sorprendentes declaraciones: “Sí, es cierto. Me han llamado de Estudiantes. Necesitan anotación (por un tubo) y yo (o cualquier otro, la verdad) puedo ser su hombre. Me voy”.

Durante el último cuarto, jugado en una agradable terraza, se acordó cerrar la cena de navidad en el mítico local Casa Hortensia, templo de la fabada nocturna, la tortilla de dos pisos, el queso de cabrales y el chuletón de dos kilos.

Con alevosía y nocturnidad el que va por libre convocó otra rueda de prensa urgente para recular: “Sé que aquí me quieren y este es mi sitio. Los colores que siento, más ahora que la camiseta es tan grande, son los de MdL. Me quedo”. Nuevamente los periodistas se quedaron con la mosca detrás de la oreja y tiraron de la lengua al arrepentido jugador: “Sí, la vuelta a Casa Hortensia ha tenido algo que ver. Sé que en Estudiantes no pasan del VIPS y comprenderán ustedes que no es lo mismo”.

Apunte histórico estadístico

Durante el partido un jugador de MdL batió el récord histórico de anotación individual con 28 puntacos. A pesar de llevarse a casa el balón firmado el jugador apuntó que “esto es una ful si no ganamos” mientras el resto del equipo se manifestaba con pancartas, pitos y tambores reclamando un mayor reparto del balón.

Apunte histórico cervecero

Gustavo se tomó el jueves, al terminar el entrenamiento, ¡dos JARRAS GRANDES de cerveza con limón! Brutal, la verdad.

Apunte de público

Poco e impaciente. Apareció la novia de Roberto con una amiga. Desaparecieron al terminar el segundo cuarto.

* "La cuatro" es una mítica jugada de MdL que se resume en "dame la pelota que ya veré yo cómo me tiro una castaña como sea". Esta jugada ha tenido, históricamente, dos intérpretes de leyenda. Uno es griego y ya no juega en el equipo y el otro sigue practicándola cada vez que le dejan.

lunes, noviembre 07, 2011

Día redondo para la tribu macabea: triunfo y cena


Gloriosa jornada de victoria y hermanamiento del equipo macabeo que se dio por la tarde un festín de canastas y por la noche otro de chuletones. Ese es, sin duda alguna, el camino del éxito.

Jugando a medio gas, sin forzar la máquina, que la temporada es muy larga, MdL se impuso a un equipo de mozalbetes imberbes que, además, deben de ser consumidores habituales de series, libros o películas de esto que está tan de moda de los vampiros. Tienen los chavales tan interiorizado lo de los chupasangres que se dejan su rojo elemento vital en la nevera de casa y sin sangre, aun con dieciocho años, no hay quien juegue. ¡Despertad, carajo! Y corred un poco de paso. Tiene cojones que los únicos contraataques los hiciera el equipo más veterano. Quizás ayudara también que nuestras camisetas, con el viento a favor, se despliegan y nos ayudan a contragolpear mejor.

Jugar con gafas o no jugar, esa es la cuestión. Si cada vez que te pasan la pelota te da en la nariz, se te caen las gafas al suelo, te tropiezas y terminas cayendo tú mismo, chico, tienes un problema. Puedes cambiar de gafas por unas con las que veas el balón venir o puedes practicar un deporte donde los objetos no te vengan a gran velocidad. Esto lo veíamos todos pero, claro, estos chicos tenían sus padres y tampoco vamos a meternos donde no nos llaman. Si en el partido de vuelta siguen igual es posible que reciban algún sutil consejo para evitar males mayores. Lo que tiene la edad es que nos hace responsables y no queremos que ocurran desgracias en el terreno de juego.

Dichas todas estas sandeces, lo cierto es que nos llevamos un partido feo, malo, aburrido y pitado por un señor a la altura de los dos equipos. Un tostón, vamos. Nos pones en lugar del Estudiantes y no se entera nadie del cambio.

Fernando faltó luego a la cena, pero es normal porque ya se había merendado unos pocos niños en el partido. En el lado opuesto quedó Gustavo, que debió de pasar verdadera hambre durante el encuentro. Gustavo, alma de cántaro, ¡tira a canasta!

La cena

No, no fue la última porque estas cosas alimentan la unión y la fuerza del equipo. Como siempre dice Javi, “Uno a uno no somos nadie pero todos juntos somos inmortales” (o algo así). Degustamos las viandas con abundantes risas y no menos vinos y cervezas. La única duda que quedó al final de esta agradable velada fue saber cuándo será la siguiente. Se admiten, por supuesto, propuestas aunque ya hay un sector, posiblemente unipersonal y chupón, que aboga por recuperar la entrañable fabada para la cena.

Rueda de prensa

No hubo. El presidente estaba en el cole y no llegó a tiempo. El resto se fueron a preparar la cena y Jorge, nuestro pulmón incasable, se fue a nadar. Con un par. Durante la ronda de cañas posterior no se dijo nada interesante, la verdad. Sólo se recalcó el momento del enfrentamiento delJose con un niño al que sacaba dos cabezas y doblaba en peso. José, coño, no abuses.

Es curioso esto de que los rivales lleven a sus padres a las gradas y nosotros a nuestros hijos. Ah, no, perdón, que el sábado jugamos más solos que la una. Ya veréis, ya, como en el próximo partido, al calorcito de la victoria, hay más público. Nos falta un Mourinho que le diga a nuestra acomodada afición tres o cuatro cosas.

Parte médico

El único lesionado de la jornada fue Mauro, el pequeño gallego hijo del gran gallego, que fue operado de vegetaciones. No sabemos si eso es algo interno que tienen los niños o que el chico le tiene alergia a la verdura. Si es por lo segundo, medio equipo debería pasar por la mesa de operaciones. ¡Ni una hoja de lechuga se consumió en toda la cena, oiga! Qué manera de zampar colesterol, señor. Mauro, por cierto, estupendo y, suponemos, comiendo vegetales de nuevo.

Datos

39-27, el resultado fue 39-27. No, no jugamos al balonmano. No, en nuestro equipo nadie lleva gafas.