martes, septiembre 30, 2008

MDL volvió a Vallecas

Ya lo dijo GUS: “El fin del mundo se acerca”. Las señales son muy claras y se produjeron todas en el partido de presentación de la tercera temporada de MdL, que en los medios oficiales ya se conoce como “The revenge”.

La primera señal del Apocalipsis fueron los escasos ¡tres! lanzamientos de Constantinopoulos. Nunca había ocurrido algo similar. Al final del partido, los miembros de MdL se mostraban preocupados a la par que contentos por disponer de más tiros para ellos. Beneficiado se vio, por ejemplo, Juan Carlos, que de ser un consumado padelista ha pasado a convertirse en un fino y elegante tirador. Y eso que en verano no ha tocado una pelota; de baloncesto.


Hasta aquí las advertencias menores. Esto se podía confundir con el fin del mundo o con el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Madrid. Lo verdaderamente preocupante, lo realmente impactante, lo que nos acerca al juicio final son los tremendos ocho puntos de Manuel, el gallego durmiente. Nunca se vio cosa semejante. Manuel se fajó con los bigardos contrarios cual Pau Gasol reboteando entre enanitos de jardín. Manuel fue un coloso, ¿qué digo un coloso? Un titán, una fuerza de la naturaleza desatada. A Manuel la paternidad, lejos de quitarle fuerzas, lo ha convertido en un semidios cuyo rendimiento, si ya es sobresaliente en la pista, alcanza cotas olímpicas en el bar.


Los ocho puntos fueron un acontecimiento, pero sus dos tiros libres convertidos de dos intentados son una hazaña que quedará para siempre en la historia. ¿Alguien recuerda la última vez que el nuevo Apolo tocó el aro en dos tiros libres seguidos? ¿A qué no? Pues eso, que el mundo se acaba aunque, de momento, siga saliendo el sol.

El resto del partido tuvo poca leche que contar. Posiblemente lo mejor fueron las albóndigas del bar de enfrente, algunos minutos de lucidez de Jorge y poco más. Hay que destacar siempre, eso sí, el apoyo incondicional de las aficionadas (dos) que rieron sin parar, pero sin maldad, ante los tapones que recibían los muchachos de MdL. Alguno se llevó dos en la misma jugada y se cree, aunque el vídeo no lo ha podido confirmar, que uno de ellos se lo pusieron hasta dos contrarios a la vez. El retapón, se podría decir.


Lo de menos es el resultado, más teniendo en cuenta lo poco que queda para que se cumplan las profecías de Nostradamus. El fin del mundo se acerca, pero no nos importará dejarlo sabiendo que Manuel, después del nacimiento de su Mauro y de la exhibición anotadora, también la sabe meter.


¿Y este qué coño hace?

Jorge, tirador peculiar, con cierto gusto por el “fade away” suicida, se alistó el domingo para correr en “La carrera perfecta” (¿para cuándo el “partido perfecto”, capullo?). La cosa tenía su gracia porque el recorrido, de 10 kilometrazos, empezaba y terminaba ¡en el mismo sitio! En el Retiro. Digo yo que para no ir a ningún lado, igual no hacía falta la paliza. ¿Sabe Jorge cuantas cervezas ha perdido en ese trayecto absurdo? Qué desperdicio.

domingo, septiembre 14, 2008

Muy esperanzador inicio de la temporada de MdL

Tras casi dos horas de intenso juego de algo similar al baloncesto en unas pistas impropias hasta de este equipo, los jugadores, a pesar de su veteranía, dieron lo mejor de sí mismos en el tiempo extra. La sede social del club, el bar Las Carabelas, fue el testigo del magnífico rendimiento cervecero de la plantilla en su primer entrenamiento de la temporada.

A la vuelta al cole se presentaron seis aguerridos miembros de la plantilla más uno de los nuevos fichajes que la directiva ha cerrado para este año. En realidad, por el momento, es el único fichaje, aparte del hijo del lirón Manolinho, que está al caer, y de Mateo, vástago de Jorge, que nos acompañó por primera vez durante la rehidratación. Carlos, el nuevo, es un inquilino de la pintura, donde con sus movimientos quebrará más de una cintura y encandilará a la afición. También se le vio suelto en Las Carabelas. Sólo hay que anotar en su debe las peguitas que puso a su fichaje, aduciendo una fascitis plantar, lesión que, como todo el mundo sabe, sólo padecen deportistas de élite y, en general, gentes que le hacen ascos al vino y a la cerveza.

El tropel de veteranos lo formaron Constantinopoulos, que seguirá un año más en MdL tras su frustrado viaje a Boston en busca de un puesto en los míticos Celtics; Fernando, tan modernito y luchador como siempre; Jorge, que ahora se dedica a correr un maratón al día y luego se queja (¡ay, que me duele la rodillita!); Juan Carlos, que abandonó la raqueta por un día a pesar de, según se comenta, haber quedado con Aznar (muerte al padel, ya); el capitanpresidenteentrenador, Carlos, a quien de repente le ha dado por hacer deporte a pesar de los consejos en contra de los servicios médicos del club, y Juan, que estudia pasar este año a posiciones interiores, pero que tememos que va no va a colar porque es mucho más cómodo y vistoso jugárselas todas desde fuera sin tener que andar a codazos con nadie (para eso ya está Fernando).

pancho-aplaudeFernando, por cierto, protagonizó la anécdota de la jornada, al echar una amarga regañina a Constantinopulos reprochándole al griego que se jugara dos seguidas (¿a estas alturas? Fer, ya te vale). Fernando, para dar mayor fuerza a sus palabras, decidió jugarse sin sentido alguno tres de los siguientes cinco ataques. Suponemos que quería predicar con el ejemplo, pero en ningún momento se le oyó decir algo del tipo: “Chicos, esto es lo que NO hay que hacer”. Es de suponer que con el tiempo se vayan solucionando estos desajustes.

Ya en la sede social se trató la posibilidad de cambiar de liga para la temporada que viene. Se barajó una posible mudanza al distrito de Retiro, mucho más señorial y con un hermoso lago para arrojar a él a los muchos que se lo merezcan tras cada partido. Tras un largo debate de unos dos minutos se rechazó la posibilidad porque un bar como Las Carabelas, con esa abundancia en el tapeo y tan buena relación calidad precio no iba a ser fácil de encontrar en un barrio tan fino como ese. Además, el único que tiene un polo con la bandera de España, imprescindible para pasear por allí, es Juan Carlos, debido a su funesta afición a los deportes de raqueta (muerte al padel, joer).

La reunión terminó a las 14:30, cuando se había dado buena cuenta de todas las cervezas y tapas que se pusieron sobre la mesa.