lunes, diciembre 29, 2008

Navidad en Carabanchel

Por Juan

Las fiestas tampoco pudieron con la magnífica racha de MdL, que consiguió en el Torneo de Navidad de Carabanchel su tercera victoria consecutiva, hito histórico del club rojillo.


Con las gradas repletas de seguidores (otro récord histórico), MdL debutó en el torneo ante un impresionante rival que lucía un maravilloso historial. Ellos eran altos, fuertes (guapos no), rápidos, potentes y certeros, pero se vieron desarmados desde el primer segundo por el aguerrido juego de los macabeos. La presencia del tío grande se antojó fundamental, aunque sin llegar a considerarse decisiva porque todos los jugadores rindieron a un nivel insuperable (como se ve, a este equipo no le hace falta agüela).

Anotando de forma fluida durante todo el encuentro y mordiendo en defensa, MdL consiguió una cómoda ventaja que le permitió irse al tercer tiempo en óptimas condiciones, dispuestos a remojar la proeza de las tres victorias consecutivas.

El segundo partido fue algo distinto. La derrota, sin embargo, no hizo que la consecución de récords siderales terminara. ¿Cuándo había ganado MdL el 50% de los partidos de un torneo? Nunca. ¿Cuándo había MdL ganado 3 de los últimos cuatro partidos? Jamás de los jamases.

El encuentro dejó buenas y malas noticias a partes iguales. La peor, sin duda, la lesión del pulmón del equipo, que se quedó cojo en el comienzo del tercer cuarto mientras intentaba un mate con tirabuzón saltando desde su propio campo. Y es que Jorge, desde que corre cual esbelta gacela, tiene una confianza un tanto exagerada en sus condiciones.

La noticia buena fue la creación de una nueva jugada en ataque que viene a sustituir a la mítica “jugada cuatro” o a la más nueva estrategia del “aclarado en una esquinita”. Esta nueva incorporación al libro del entrenador se denomina “ahívalabolayquesealoquediosquiera”. Comienza con un pase del base (o lo que sea) al alero, el alero se mete en un jardín realmente impracticable y cuando se ve acosado por más de cuatro contrarios suelta la pelota con trayectoria ascendente a ver si, con suerte, la coge el tío grande. Este esquema funciona, como es fácil adivinar, mucho mejor cuando él está en pista. Si no, la jugada pasa a denominarse “lavirgenlahevueltoaliarynoshanmetidootrocontrataque”.

La derrota de verdad dolorosa del fin de semana se produjo en el tercer tiempo del domingo, en el que un camarero antipático, feo, casposo y posiblemente el único simpatizante de McCain en España (además de la Espe, claro), hizo que cortáramos las cervezas antes de tiempo. Es de esperar que el déficit de hidratación que sufrió el equipo fuera compensado individualmente por cada uno de los jugadores a su llegada a casa.


Comparecencia ante los medios

El presidente quiso presentarse ante los medios para, en primer lugar, felicitar las fiestas y desear un magnífico 2009 a todos los reporteros que siguen la actualidad del equipo. Como lo hizo mientras degustaba un rico polvorón de la Estepa, no se le entendió nada.

Mientras se limpiaba las migas de la gloriosa camiseta grana, respondió a las impertinentes preguntas acerca de los servicios médicos del club y la plaga de lesiones que está machacando al equipo. Carlos, sin perder nunca la calma, se metió otro polvorón (entero) en la boca y pasó a dar una detallada explicación de la que no se pudo extraer ni una sola sílaba.

Justo cuando terminaba el polvorón se acertó a entender algo como “esperamos comenzar el año que viene con una victoria que nos situaría, por primera vez en nuestra historia (salvo alguna primera jornada) fuera de los puestos de descenso a la par que nos haría mirar el futuro con optimismo, ilusión y… otro polvorón”. En el mismo momento en que nuestro amado presidente empezó a desenvolver el exquisito manjar los periodistas abandonaron la sala porque, total, para qué cojones se iban a quedar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que grandes sois chicos, saludos desde el sur.

Frankie

Gus Higueruela dijo...

Gracias, Frankie, de todas maneras, lo de saludos desde el sur, como que sobra... Envidia cochina.

Gus