Por Juan
Emedele consigue su racha más larga de victorias consecutivas, dos, en un partido épico en el que los rojillos se sobrepusieron a las bajas, a la presión del público y al desmedido amor de los contrarios.
En la mañana del domingo se vivió una jornada histórica para MdL. La victoria ante unos tíos de cuyo nombre no queremos acordarnos (nótese, por favor, la vasta cultura clásica del cronista) supuso la segunda consecutiva, hecho que jamás se había producido antes en los tres años de vida de la entidad. Gloria, pues, a los esforzados gladiadores que lo hicieron posible, a su audaz general en la batalla y a nuestras torres gemelas, que en esta ocasión vigilaron desde la distancia, aquejado cada uno de sus propios males. A saber: la paternidad en el caso del más veterano y una gigantesca melopea que inutilizó al más nuevo.
El partido se planteó desde el principio como una cruenta batalla a vida o muerte. Algo parecido a la lucha que se dio en la noche del viernes por las jarras de margaritas de la cena social. A pesar de la gélida mañana que amaneció en la capital, la temperatura subió enseguida gracias a las inagotables caricias de los tíos sin nombre.
El marcador marchaba un poquito atrancado, pero siempre a favor de MdL, hasta que ese exceso de cariño del rival obligó al árbitro (me niego a decirle árbitra) a penalizarlos con una bonita colección de faltas antideportivas y técnicas. Una cosa es el cariño y otra dar por culo que, mayormente, es lo que hacían estos chicos.
A partir de la segunda mitad, que empezó con dos tiros y posesión para MdL, todo fue coser, cantar… y pelear. No se puede decir, no, que fuera un baloncesto de gran altura (¿hemos dicho que las torres gemelas se quedaron en la cama?) pero tampoco se puede negar el valor de los soldados ni la sangre fría con la que se enfrentaron a las provocaciones. Que el tontolaba se acordaba de un familiar: toma, majo, triple de regalo.
A pesar de la templanza, también tuvimos algunos episodios de mayor temperatura en la sangre y de vena dilatada en los que el león de San Agustín y la pantera de La Línea dejaron claro que a nosotros se nos puede ganar (otra gente, claro, estos no) pero tonterías, las justas.
Al final, gran estallido de alegría con el pitido final por esta segunda victoria consecutiva que aleja a MdL de los puestos de descenso y deja al entrenador al borde del cese porque ahora que somos un equipo ganador, al primer despiste se le cortará la cabeza. Las piernas no, porque sería una mutilación absurda ya que las usa lo justo.
Avisado queda.
Sanciones disciplinarias
La Junta Directiva del club se reunió de urgencia al finalizar el partido en vista de los graves hechos acaecidos durante y en los minutos siguientes al mismo. Tras los 95 segundos que duró la reunión se informó a la prensa de las decisiones adoptadas, según su presidente, “con inmenso dolor”. Se acordó sancionar a las torres gemelas por su incomparecencia completamente injustificada con una ronda de cerveza. Se añade una nota distinguiendo las causas del abandono del deber pues la junta estima que siendo graves las dos ausencias, es mucho más honrosa la debida a la borrachera que la del cuidado de la familia recién llegada. Si no se puede compaginar paternidad y deporte, por favor, que no se tengan hijos.
La junta anunció también sanciones pagaderas en las próximas semanas para el león indomable de San Agustín y para el entrenador cojo que salieron corriendo nada más finalizar el encuentro. Como en el caso anterior también se distinguen las circunstancias de la huída, pues parece normal que Fernando pudiera salir corriendo, pero nadie termina de entender como pudo hacerlo el cojo llorica. En cualquier caso, ronda de cerveza para cada uno de sanción por ausentarse de un acto social, indispensable para formar la piña que queremos que sea este club.
Se estudió también, según la directiva, la sanción a Juan Carlos por llegar tarde repetidamente a los partidos. La Junta estima que de aquellos polvos ¿? vinieron estos lodos. Es decir, que por ir tan acelerado, falló las dos canastas cantadas que le regalaron sus compañeros. Suerte que ganamos sobrados. Si hubiéramos perdido de tres la sanción se habría medido en sangre derramada. Que no se repita.
FICHA TÉCNICA
Constan (11), Frankie (6), Jorge (5), Javi (5), Gus (4), Carlos, Fer, Carlos Vecino y Juan Carlos.
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