lunes, febrero 06, 2012

Una victoria que trae negros nubarrones


Los macabeos consiguieron su séptima victoria de la temporada en un encuentro en el que se libraron de la empanada sólo durante el último cuarto. La racha histórica de victorias debería hacer que todo fueran días de vino y rosas en MdL pero la realidad es bien distinta con una masa social fraccionada y en pie de guerra. El vino, o los margaritas en su defecto, eso sí, no faltan.

El partido transcurría amodorrado y el cronómetro, perezoso, dejaba caer los segundos al mismo ritmo que llegaban las canastas de MdL. Es decir, muy lentamente. Entre bostezo y bostezo, el antaño ciclón naranja, en adelante sopor naranja, iba colando algún triple que les mantenía en el partido en espera de que sonara el despertador.

Mientras, unos niños comandados por un miniyordan al que escoltaban un químico, un biólogo marino y un informático con gafas conseguían algunas ventajas en el marcador gracias, sobre todo, a las prolongadas siestas del sopor naranja. El ejemplo palmario fue el habitualmente muy combativo Gaby, que recién reincorporado tras su lesión, se quedó dormido varios ataques dentro de la zona contraria. Se sospecha que bajo el uniforme Macabeo portaba, remangado, el pijama. Un testigo juró haber visto un osito de peluche en su bolsa deportiva.

Algo así era lo que buscaban los chicos de MdL para los primeros cuartos del partido

Con la mitad de los puntos del equipo conseguidos desde el extrarradio, 18 puntos de triples en total, el despertador tocó arrebato, al fin, al inicio del último cuarto. El sopor naranja apretó en defensa, el Ibaka de Ortigueira volvió a ponerse las pilas y la presión se hizo insufrible para la banda del miniyordan que sucumbió a la mayor experiencia de MdL, acostumbrados ahora a disputar, y ganar, finales apretados.

En definitiva, una victoria más para MdL, que suma la séptima. A falta de estadísticas oficiales y cuando queda aún mucha liga por jugar, ya se ha superado el récord histórico de partidos ganados de este humilde grupo de señores mayores que se juntan jueves y sábados para jugar al baloncesto. Al finalizar el partido, cuando todo debía ser alegría y gozo, un negro nubarrón vino a encapotar la celebración. En el fondo norte del pabellón apareció una pancarta en la que se leía “por un equipo perdedor”. Sólo los más avispados intuyeron el siniestro significado del enigmático texto.

Al fin, comparece el presidente

Carlos volvió a dirigir con maestría y modorra al equipo aunque lo más destacable fue que disputó unos minutos sin hacer un solo tiro de campo pero con unas zapatillas chulísimas que fueron la envidia de sus compañeros. Con ellas, veloz como el rayo, logró pasar la línea del medio campo siempre antes de los ocho segundos de rigor. Sí, sí, os reís, pero a ver cuántos presidentes son capaces de hacer quince metros en menos de ocho segundos. Que no es tan fácil.

Agotado por el esfuerzo, entre jadeos aseguró estar muy satisfecho por un resultado que confirma que MdL este año es un equipo de Euroliga. No quiso hacer comentarios acerca de la posibilidad de instalar camas en las zonas para que los chicos estén más cómodos en el campo. Se le ensombreció definitivamente el rostro cuando fue preguntado por la misteriosa pancarta, balbució una excusa y salió refunfuñando para los vestuarios.

“Por un equipo perdedor”

Tras muchas pesquisas los periodistas consiguieron trabar contacto con los portadores de la célebre pancarta. Se trata de una facción escindida de los Ultranaranjas y que clama por una vuelta a los orígenes del equipo, cuando las victorias eran una rareza y la derrota el pan nuestro de cada día que se mojaba después en las copiosas cenas. O comidas. Los portavoces, que han preferido mantener el anonimato pues temen represalias, propugnan volver a la dinámica habitual y deshacerse de los fichajes que, a cambio de sus habilidades, esquilman las arcas del club y le han hecho perder su identidad.

Aseguran también que perciben “una actitud soberbia en los jugadores y un desprecio al rival nunca visto”. Sin ir más lejos hoy, afirmaban, “han dejado tirar constantemente a ese chico con gafas ¡porque no le consideraban a su altura!”. Sin duda, concluyen, “esta actitud es el fin de MdL tal y como lo conocemos. No nos extrañaría que hasta se terminaran las cenas”.

Desde los Ultranaranjas no hay una postura oficial sobre el nacimiento de esta nueva facción y, en principio, prefieren tomárselo con calma. Su único movimiento visible fue convocar al equipo a una reunión nocturna en un conocido local de ambiente mexicano. La reunión fue un éxito salvo que la convocatoria, influida por Gustavo, no fue para una cena sino para una más familiar e infantil merienda cena.

La cena

La cena, fijada para las nueve porque el pívot Macabeo tenía que trabajar, empezó casi a las diez porque muchos de los asistentes, incluyendo el que citó a las nueve, volvieron a enredarse en las sábanas, igual que en el partido disputado unas horas antes.

La estrella de la noche fue el tequila sabiamente diluido en los margaritas. Gracias a él la mesa de los macabeos pudo disfrutar del acompañamiento de unos mariachis que hicieron una particular buena amistad con Gustavo. En breve se mostraran las pruebas.

3 comentarios:

Zacary Johnson dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zacary Johnson dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zacary Johnson dijo...

Qu´eno pare la racha!