lunes, octubre 19, 2009

Muy chulas las camisetas

Pues sí, perdimos el primer partido, eso es innegable. Lo es también que lo tuvimos en la mano y que sólo la mala suerte hizo que se nos fuera. A partir del 3-0 inicial a nuestro favor tratamos de ralentizar el ritmo, llegando incluso a no tirar durante algunos minutos de la primera mitad para confundir al enemigo. Buscábamos amarrar el resultado pero un fallo de cálculo o vaya usted a saber qué hizo que los rivales consiguieran deshacerse de nuestros férreos marcajes, invalidando así nuestra ventaja.

A partir de ahí remamos contracorriente porque todo jugaba contra nuestros intereses. Sin duda, el hecho de que el equipo contrario vistiera de rojo, el color de la equipación histórica de MdL, propició multitud de confusiones en los pases. De otra forma no se entiende la cantidad de balones entregados a las manos del rival. Así mismo, a veces se vivió cierto desconcierto cuando nuestros jugadores veían como los de rojo los defendían con ferocidad y mientras volvíamos a perder el balón por nuestras cabezas pasaba una pregunta que no obtuvo respuesta: “¿Por qué demonios me defienden los míos?

Y es que nosotros, este año, jugamos de NEGRO, leche, los nuestros son los de NEGRO. Quizás también estuvimos un poco cegados por la enorme apostura que nos da nuestra nueva vestimenta. Fruto de esa elegancia fue la masiva asistencia de público a las gradas del pabellón que registraron un lleno como hacía mucho tiempo que no se veía. Las expectativas levantadas por el equipo y la sin par belleza de los jugadores atrajeron a multitud de jóvenes bellezas locales que animaron sin más interrupción que las propias de alimentar/gritar/castigar a los muchos rapaces (realidades o proyectos inminentes) que las acompañaban.

Éxito de los entrenamientos

El partido demostró, entre otras cosas, la necesidad de los entrenamientos y que lo que en estos se practica funciona luego en la competición. El trabajo exhaustivo sobre los sistemas, en especial el denominado “hazmeunhuquecitoaversientroporahí” hizo posible su ejecución infinidad de veces y casi todas con éxito. Gloria bendita era ver a nuestros jugadores sembrar la confusión entre las hordas enemigas mediante la aglomeración de fuerzas en una esquinita de la que emergía triunfante alguno de nuestros efectivos para… Para lo que fuera, lo mismo da.

El último cuarto fue un trámite en el que Jorge se desperezó para maquillar el resultado con un par de triples y un impresionante fade away (“feidogüey”) que prometen emociones intensas para los próximos partidos. Perdimos, sí, pero ya se sabe que esto es sólo el principio, que en fútbol somos once y que lo importante de verdad es que de derrota en derrota llegaremos siempre a la cerveza final.

Rueda de prensa

En la habitual comparecencia a los medios, el presidente del club. Perdón. ¿El presidente? El presidente estaba en la playa tocándose los cojones y tomando el sol. Su abandono será tenido en cuenta y ya ha sido propuesto para una dura sanción que en este club ya sabemos todos cómo se pagan.

Fin de la rueda de prensa

Innovaciones

Nunca ha sido MdL un equipo exquisito, pero en esta ocasión puede que hagamos historia al haber inventado una nueva figura en el baloncesto, a la par de haber solucionado un grave problema interno. Conocida es la falta de balones para nuestros jugadores interiores desde que este equipo es equipo. Esto convierte a menudo a nuestros hombres grandes en meros adornos que corren fatigados la pista arriba y abajo sin rascar bola. En el tercer tiempo, al fin, les hemos encontrado una utilidad a nuestros chicarrones y es que hemos inventado la figura del pivot guardería. No es moco de pavo, porque por el precio de una módica cerveza, José y Manuel pueden encargarse de entretener y marear al menos a dos niños cada uno. Cuanta ternura la de estos gigantes bondadosos que hicieron las delicias de los padres presentes al permitirles descansar un poco de los niños de los… (aquí cada uno que ponga lo que quiera). La esposa de Roger (y Roger mismo), que se temían un negro futuro debido a la inminente llegada de su retoño, vieron un rayo de luz de dos metros de altura al final del túnel de su embarazo.

Por cierto: ¿la clase de parto sin dolor tiene que ser los jueves?

Bailes de salón

Javier: cuando recibes el balón, la pelota al suelo y luego empiezas a andar; cuando dejas de botar, uno, dos y arriba. Uno, dos, tres, cuatro… eso son pasos.

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