Cautivo y desarmado el ejercito rojo…

Por Gus

Si montamos un circo, no es que nos crezcan los enanos, es que se nos van hasta los 2,30 para dejar al circo en la estacada y fichar por el ‘Gran Circo Americano’. El partido fue tan raro que intentaré ser breve para no aburrir.

La verdad es que la cosa empezó mal. Sólo nos presentamos cinco macabeos, incluyendo al lesionado Carlos, que menos mal que no hizo caso la semana pasada y no se presentó vestido de traje. Ellos tampoco eran muchos, pero al menos, eran casi todos más altos y tenían un cambio. Con esos mimbres, demos gracias al cielo que sólo acabamos el primer cuarto perdiendo de siete (9-16). Nos ganaban en todo. El rebote, como casi siempre, era del rival (Fernando, no vuelves a irte de pueblos, por la gloria de mi padre…), nos metían canastas con facilidad, y sólo la aparición de Constantino casi al final del cuarto nos supuso cierto alivio, sobre todo a los que estamos para que nos echen a los perros.

Para más INRI, Juan Pelegrín tuvo que parar a mediados del segundo cuarto, cuando sus problemas de gemelos le dijeron basta. Ahí, el ejército rojo se quedó medio desarmado, mientras que los de Orujo no paraban de atacar nuestras desguarnecidas defensas. Pese a todo, el 16-26 al descanso nos dejaba con algunas esperanzas, que se vieron reforzadas con la aparición de Jorge, que llegó tarde por culpa de una confusión involuntaria con el horario.

Las esperanzas se esfumaron de un plumazo nada más empezar el tercer cuarto. Parcial de 10-0 para los rivales y campana se acabó. El contundente 25-48 al final del cuarto lo decía todo, así como las caras de los macabeos, que exhaustos la mayoría, veía como se volvía a esfumar otra oportunidad para romper la rutina perdedora.

Y cuando menos se les esperaba, los rojillos sacaron el poco orgullo que les quedaba, encabezados por un corajudo Fran y un acertado Constantino. Por lo menos, el último periodo fue macabeo, con un parcial de 15-7 favorable. Al final, parte de guerra para los que siempre ganan, mientras que las hordas rojillas (marxistas, como diría el trencilla, que ya avisó de que por la tarde había cuatro manis en Madrid) se retiraban derrotadas pero con la cabeza alta. 40-55, resultado final.

PD: Viendo lo que le gustan a uno que yo me sé las manifestaciones de fachas, será mejor que no lea el título de esta crónica. Aunque viendo su cortedad de vista…

PD II: No tenemos fotos del partidazo. Con lo buenas que podían haber sido con el tiempo que tuviste, ¿verdad Juan?

FICHA TÉCNICA
Juan P. (6), Carlos (4), Constantino (18), Gus (4), Manuel (2), Fran (4), y Jorge (2)