Por Juan Pelegrín
Mal rollo esto de empezar jugando contra un equipo que se llama "Bergas largas"… y perder. Da lugar a todo tipo de chistes. El redactor de esta hoja pide perdón por anticipado por las groserías que la narración de la derrota pudiera deparar. Para empezar, el titular, que es obvio: "Nos las comimos todas".
Lo más grande (aparte de las bergas, claro) es que nos comimos las suyas, con las que ya hubiéramos tenido bastante, y las nuestras. Éstas, que es lo peor, por sorpresa. A ver cómo diablos se come, si no, que Constantino, de quien ya conocemos su afán encestador, nos la meta también en nuestra propia canasta. Increíble pero cierto. La cabra tira al monte y de todos es conocida la inveterada afición de los griegos por los traseros adolescentes como los nuestros. ¿Qué no se la metemos al contrario? No hay problema, ya nos arreglamos entre nosotros.
Dicho esto, que no deja de ser una anécdota de la orgía del juego, habrá que contar también que de las bergas, por muy largas que fueran, sólo se presentó un trío. Nosotros en plan caballeroso, salimos en igual número a la cancha. En el transcurso del festín se sumó una berga más y nosotros, como deportistas, hicimos lo propio: pusimos otro pandero sobre el terreno de juego. Este rollito "gentleman" duró lo que tardaron en metérnoslas dobladas y sacarnos la notable diferencia de 30 puntitos. Ahí se acabó el juego limpio y con toda nuestra artillería sobre la pista… seguimos igual.
Terminamos doloridos, quizás hasta escocidos, pero con el buen sabor de boca (que nadie entienda esto mal, por favor) del parcial del último cuarto, en el que por fin pudimos ponernos en pie y recortar un poco la distancia hasta dejarla en los 18 puntazos con los que nos desayunamos en esta mañana de septiembre en la que el sol de MdL vuelve a brillar y las derrotas, el pan nuestro de cada día, nos hacen más felices cuando las olvidamos con la explosión feliz de las burbujas de la cerveza en nuestras bocas donde no cabe nada más. ¿Queda claro?
CARLOS: “LA VUELTA AL TRABAJO ES SIEMPRE UNA BUENA NOTICIA”
Carlos, capitán de MdL, empezó la rueda de prensa asegurando que "la vuelta al trabajo es siempre una buena noticia". Los plumillas presentes en el acto, todos aún con las vacaciones en la memoria, lo miraron incrédulos, dejaron de tomar notas y se compincharon con ejemplar organización para
proporcionarle una fenomenal paliza a Carlos que no tuvo fuerzas para matizar sus primeras declaraciones.
Una vez templados los nervios, Gustavo ocupó su lugar ante los medios para, en tono mucho más prudente, confesar que lo mejor de este primer partido, aparte de las gratas experiencias sexuales, era la reincorporación a la disciplina de Javier tras su larga lesión. Los plumillas, que no son del todo tontos, comprendieron que la noticia, pues, estaba con el pogüerforgüar macabeo y
abandonaron la sala de prensa en su busca no sin antes golpear a Gustavo. "¿Por qué?", se preguntaba el buenazo de Gus mientras yacía sobre Carlos. Este, con su último aliento, se lo explicó lo mejor que pudo: "O follamos todos, o la puta al río, majo".
Javier, emocionado por la paliza que se llevaron los capitanes y por haber completado el partido apenas pudo decir una palabra. De su boca sólo salieron lamentos en los que se entendía algo como: "A mí no, joder, pero yo qué os he hecho". La sabia respuesta de Carlos ya la conocemos.
PRESENTACIONES
Este es Jorge, por el momento la única incorporación que las arcas de MdL se han podido permitir. Se comenta que su ficha asciende a dos cervezas y una ración de patatas que, puntualmente, se pagará él de su bolsillo al final de cada encuentro. Una ganga, vamos.
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