Histórica. Así puede definirse sin rubor la victoria de MdL
del pasado fin de semana. Nunca antes habíamos ganado tantos partidos seguidos;
nunca, a estas alturas, habíamos conseguido tener más victorias que derrotas;
nunca habíamos devuelto el golpe a un equipo que nos sacó veinticuatro puntos
en la primera vuelta. Para MdL se acabó poner la otra mejilla. Ahora, al fin,
nos hemos situado al margen de las buenas costumbres.
Los partidos se ganan desde la defensa y bajo nuestra
canasta nos hicimos colosos más amenazantes para el rival que los molinos de
viento para el hidalgo manchego. La marea naranja por momentos se volvía un
tsunami que arrasaba las infaustas estrategias de los rivales para perforar
nuestro aro. Ni desde dentro ni desde fuera pudieron con esa magna obra de
esfuerzo y trabajo colectivo.
Por encima de todos, alzándose cual gigante, emergió en esta
tarea la figura de Manuel, el Ibaka de Ortigueira, ese alma de negrazo saltarín
encerrado en un cuerpo de friki gallego, que voló por encima de nuestras
cabezas para aplastar los intentos de rebelión de las hordas rivales. Los
incontables tapones que colocó hicieron más fácil el trabajo del resto que sólo
tuvieron que apoyarse en su gigantesca humanidad para apuntalar la férrea
defensa (joder, sí que me ha salido épico este párrafo, sí).
El ataque se convirtió en otra sinfonía coral donde todos
trabajaban para buscar la manera de penetrar en la zona enemiga. Mientras los
obreros martilleaban incansables, los ejecutores golpeaban sin piedad. Fernando
y Jorge se convirtieron en una pesadilla que, seguro, acompaño a los defensores
rivales en sus sueños negros. Precisión, potencia, agilidad e imaginación fueron las
armas utilizadas por estos fenómenos para taladrar una y otra vez el aro.
Aun así, la tarea fue dura y hasta el último minuto el
enemigo no dio su brazo a torcer. Por desgracia, un poco antes de ese último
minuto lo que se torció violentamente fue el tobillo del rubio, que hasta
entonces, con sus triples y penetraciones, había soportado la carga ofensiva de
MdL. Retirado en hombros, como los grandes toreros, Fernando, pie en alto,
asistió desde el banquillo a la victoriosa culminación de la batalla. Sus
compañeros acudieron raudos a celebrar con él la hazaña y como resultado los
médicos que lo atendieron en primera instancia apreciaron, además del fuerte
esguince de tobillo, aplastamientos en sus costillas y daños en algunos órganos
internos.
Declaraciones del presidente
El presidente, una vez más ausente, afirmó por SMS sentirse
muy orgulloso de sus muchachos mientras, se rumorea, degustaba un daikiri bien
frío en un local de dudosa moral. Se sospecha que con él estaba Javi,
otro de los desaparecidos del equipo. La información es completamente fiable y
con la aparición de ese segundo nombre se llega también fácilmente al local
desde el que el presidente hizo las declaraciones. Sí, es ese en el que están
ustedes pensando: La gata negra. No, del Jose no hay ni rastro. Y menos mal,
porque si se une a la celebración encima de Fernando a estas alturas estaríamos
hablando de una verdadera tragedia.
En las alturas (que no en los altares)
Manuel Ibaka fue uno de los protagonistas del partido y la
prensa le asedió a la salida de los vestuarios. Como salió sin ducharse el
asedio duró lo justo para preguntarle por sus impresiones. Manuel, todo
modestia y gallegismo, afirmó que él no hizo más que saltar y los contrarios se
empeñaban en tirarle los balones a las manos. Preguntado por la posible
continuidad de la buena racha del equipo y de la suya en particular contestó
como ese otro gran gallego que rige ahora nuestros destinos de la mano de las
agencias de calificación: “Hombre, ya saben ustedes que en la vida nada es para
siempre”.
Parte médico
A la hora del cierre de esta hoja estamos intentando sin éxito
ponernos en contacto con el rubio para conocer con exactitud el alcance de su
lesión. Se especula con que al finalizar el partido los servicios médicos, en
lugar de trasladarlo al hospital más cercano, se lo llevaron junto al
presidente dadas las conocidas propiedades curativas de los licores de La gata
negra. Después de la primera copa te duele ya un poco menos y cuando llevas
cuatro ni te acuerdas de que una vez tuviste un tobillo. El propio presidente
está desaparecido a estas horas. Todo cuadra.
El rincón del fan
Pues no, no hubo gran presencia naranja en la grada. “Ellos
se lo pierden”, declaró uno de los jugadores que prefirió mantener el
anonimato. Al estilo de ese adalid del buen estilo que es Mourinho, el jugador,
muy duro, dejó caer que, tal vez, “algún día ellos tengan que llorar”. En ese
mismo momento la esposa del jugador le dio una llamada perdida, señal
inexcusable para que abandonara cuanto estuviera haciendo y volara raudo, cual
contraatacante macabeo, a cumplir con las tareas del hogar. Menos lobos.
Clamor popular
¿Cuándo cojones cenamos? Un equipo, por mucho talento que
tenga, como es el caso, se oxida y se viene abajo sin cenas. Casualmente acaba
de entrar un SMS del presidente desaparecido apoyando la propuesta. Se encargará
el rastreo de la señal a la T.I.A. para tratar de averiguar el paradero actual del
directivo. Ni siquiera alguien tan bien preparado puede aguantar tres días
en La gata negra. Ha tenido que moverse por huevos.