Aprovechando que tenemos edición especial de la hoja, no
podemos dejar de sorprendernos por la enorme afluencia de personas jugadores y
niños con barba que asistieron al entrenamiento de ayer. Todo tenía, por supuesto,
una explicación: Jorge se pagaba unas cañas por su centenario. Por eso fue
también, y, bobos, no nos dimos cuenta, ese apagón temporal en la pista.
Perdimos la oportunidad de cantar un emotivo Cumpleaños feliz para el otro
correcaminos, que no hipopótamo, de MdL. Manuel se empelotó al final del
entrenamiento, suponemos que para hacer algo rollo Marilyn saliendo de la tarta
pero, gracias a Alá, no llegó a completar el que habría sido un lamentable
espectáculo.
viernes, noviembre 30, 2012
Pablocaminos
No hay movimiento más rápido de pies que el de Pablo. Tanto,
que su cabeza a veces no puede seguirlo y llega a sus fulminantes contraataques
un rato después. Se cuentan ya por docenas las caderas de rivales rotas y los
ojos de los compañeros desorbitados. ¿Correcaminos? Un jodido hipopótamo a su
lado. Con todos ustedes, Pablo by Santi.
miércoles, noviembre 28, 2012
La hoja resucita con una fácil victoria
Desempolvamos la máquina de escribir, quitamos las telarañas
a las teclas, igual que hacemos cada septiembre con las que se encariñan con
nuestros huesos, y resucitamos, por sexta vez, la siempre querida, denostada y
envidiada Hoja Macabea. Levántate y habla.
Nada mejor para este bíblico episodio que la narración de
una nueva victoria, la tercera esta temporada, que no tuvo mucho de heroico,
pero sí demostró el oficio y la experiencia que el equipo macabeo ha atesorado
a lo largo de su seis temporadas.
El partido resultó entretenido, sobre todo en defensa, donde
según algunas fuentes, además de levantar los brazos, acudir a las ayudas y
cerrar las líneas, que son las tareas normales, se mantuvieron animadas charlas.
Se consiguió con ellas que el nivel de concentración no bajara y que los niños que se aburren defendiendo
tuvieran un aliciente extra para agachar las nalgas.
En ataque, hablando mucho menos, la anotación fluyó cual plácida
melodía de ascensores de alto standing. Es decir, los puntos iban
cayendo sin que nadie se diera cuenta y para cuando los pobres chicos que se
nos enfrentaban quisieron advertirlo, la tenían metida toda entera. La
estocada. La derrota. Lo que cada uno quiera.
Como vamos con algunos partidos de retraso es un buen
momento para resaltar la gran novedad de esta sexta temporada: el banquillo. De
ser un área yerma, con una densidad de población sólo por encima de la del
Sahara, ha pasado a convertirse en una urbe superpoblada al estilo de
Manhattan. Los efectos se notan en múltiples formas. A saber:
- Cada guerrero macabeo juega menos minutos por lo que puede hacerlo con intensidad máxima. Esto no gusta a todos por igual, pero al final, pensándolo bien, no cabe más que reconocer que merece la pena.
- Algunos de los agitatoallas tienen que sentarse en el suelo. No todos caben a la vez en la exigua superficie de la que Ana Botella, nuestra egregia alcaldesa, dota a estas competiciones auspiciadas bajo el cálido manto de su ayuntamiento.
- El presidente/entrenador acaba con un notable dolor de cabeza al tener que hacer complicadas operaciones matemáticas para repartir los minutos. Así, en el tercer tiempo, toma el hombre lo que toma.
El juego resultó equilibrado entre anotación interior y
exterior. O eso creemos, porque como no hay estadísticas, no lo sabemos. Y
tampoco le importa a nadie. Esta vez no fueron las faltas ni las lesiones las
que mermaron nuestro equipo, sino eso de dar vueltas a un circuito montado en
un coche con el culo pegado al suelo. Nuestra torre gemela, él es dos en sí
mismo, esprintó cual gacela para asistir al inicio de la frustrada carrera de
Alfonso* en pos de su tercer título mundial.
Breves
Creemos, tampoco hay datos actualizados, que por primera vez
en nuestra historia vamos en positivo en el basketaverage a estas alturas de la
temporada. Otras veces hemos ganado el primer partido, pero para la segunda
jornada ya estábamos en nuestros números.
La verdadera vergüenza del encuentro llegó en el tercer
tiempo. El presidente pidió una botella de agua y un poleo con manzanilla. No
hay más que decir. Por suerte elJose compensó sobradamente la afrenta y aguantó
firme hasta el final. Y un poco más allá.
No hubo rueda de prensa porque no había Hoja y sin medios, qué
cojones hacían los jugadores compareciendo. Por los pasillos, eso sí, se oían
los lamentos de alguno de ellos que no cumplió con las expectativas o que se
sintió dolido por el maltrato de los compañeros. Javi, por ejemplo, se quejaba
con amargura y un punto de derrotismo de que no había tirado ni una vez a
canasta. Nadie advirtió el dato en el momento, pero luego la incredulidad se
hizo la dueña, dada la asombrosa facilidad de Javi para tirarse ese típico
triple de todos los partidos que no toca el aro. Manuel, a su vez, rumiaba
cierto descontento porque alguien al darle la mano tras el partido no le
felicitó por su sobresaliente desempeño. La cosa quedó aclarada pero nunca sabe
uno qué es lo que se guarda para sí un gallego. Y menos uno tan espigado.
*No, no es una errata, el redactor ha escrito correctamente “Alfonso”
en vez de “Alonso”. Esto es una vieja anécdota del equipo que elJose,
protagonista, debería contar a los nuevos. Para echarnos unas risas, vaya.
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